"Goya"

  es uno de los más importantes pintores de la historia de España y el mundo  

 

A pesar que sus inicios fueron duros, no decayó y continuó pintando hasta ser contratado como el retratista de la Casa Real y murió siendo el artista más valorado de su época.

Hacia 1797, tras sufrir una enfermedad que le obligó a recuperarse durante un tiempo en Sanlúcar de Barrameda y que le provocó sordera, Goya cambió su estilo; es cierto que, hasta entonces había creado obras retratos y cuadros decorativos para la nobleza, a partir de ese momento su pintura se volvió mucho más oscura y crítica.Debido a esta experiencia nació así su serie de grabados conocidos como los Caprichos , que satirizan sobre los defectos de la sociedad de su época.

La peste en la obra de Goya

De regreso a Madrid, siguió pintando cuadros de este estilo, como el Corral de apestados, en el que ilustra el horror de los hospitales llenos de enfermos durante una epidemia. Cuando Goya regresó a Madrid, continuó con este tipo de pinturas al mismo tiempo que seguía con los encargos de su exclusiva clientela y que alcanzaba el puesto de primer pintor de cámara. En este contexto, hay que situar “corral de apestados”, lienzo de pequeño tamaño que ilustra los horrores de un grupo de enfermos en el cavernoso y frío interior de un hospital, donde la gente muere y sufre en masa a causa de una epidemia. Hombres, mujeres y niños muertos o moribundos, apilados y amontonados en la abovedada sala son víctimas de la soledad y del más triste de los abandonosLa composición del pintor nos presenta a los afectados a lo largo de un primer plano dispuestos en una atmósfera opresiva y atormentados en una tragedia personal por el sufrimiento físico y emocional al que están siendo sometidos. Estos sentimientos se agudizan cuando las personas, que intentan ayudar a los enfermos dándoles de beber y ofreciéndoles consuelo con sus cuidados, se tapan la nariz para soportar el pestilente hedor que desprenden unos cuerpos desaseados o en descomposición.

De la obra parece desprenderse un infinito pesimismo por el destino de los enfermos. La causa de la epidemia se desconoce, pero como solía ser habitual, a los afectados se les aparta y se les confina en un lugar lúgubre y sórdido donde su único contacto con el mundo exterior es el ventanal a través del cual penetra la luz. Solo se atisba aislamiento e incomunicación, aunque en parte paliada por aquellas personas que de manera altruista arriesgan su salud para atender a los contagiados. Este acto generoso hacia los demás, constituye el único ejemplo de esperanza ante el desaliento y la consternación que parece invadir toda la escena.

Asimismo, lo que a nosotros nos parece normal, a una persona con esta enfermedad le puede ocasionar un gran esfuerzo. Es lo que parece desprenderse de la pintura al contemplar la conmovedora pose de la protagonista de la escena sentada en el prado. El terreno se hace inmenso y la distancia para alcanzar la casa parece enorme. Es un ejercicio pictórico donde el dolor y la angustia de la persona enferma son tratados con una exquisita sensibilidad, evitando en todo momento una recreación de la desgracia. La dolencia no se presenta como un obstáculo infranqueable, sino que se transforma en una prueba a superar para vencer la adversidad.

.

Arte en cuarentena: goya

Por Gleisy Ríos /Fuente : Por el Dr. Alberto Ortiz