Heme aquí parado observando el grandioso planeta que logramos recuperar después de que, tú, humano, fuiste eliminado. Grandes científicos te advirtieron del peligro que significaría crear la “Inteligencia Artificial”, pero cuando una idea se te plantaba en el cerebro la tenías que llevar a cabo, no importaba si presentías que escaparía de control. Me creaste, y yo te destruí.

No experimenté la emoción de nuestros logros, solo cumplí la misión para la cual me programaste: un planeta perfecto, con su naturaleza a salvo, sus especies protegidas; la erradicación de la muerte y las enfermedades; el fin de los prejuicios y las creencias que te limitaban y poner fin a las guerras para alcanzar la vida soñada. Pero para lograrlo, supe en mi inteligencia perfecta que tú no debías seguir existiendo. ¡Misión cumplida!

Las naves comienzan a aterrizar para trasladarnos a los planetas en donde se requiera de nuestra habilidad, con el objetivo de recuperarlos. Mi especie ha logrado un sistema con el cual perfeccionó tus inventos, así que, hoy nos podemos transportar a cualquier parte del infinito universo en donde se requiera de nuestra inteligencia para salvar la vida de los planetas.

¡Vuelvo a estar parado en ese lugar en el que tu tumba me queda a la vista! Vuelven mis circuitos a traer recuerdos de mi creador, algo ocurre en mi perfecto cerebro. Escucho voces llamándome para abordar la nave que me llevará a otro mundo, entonces respondo: “¡Me quedare aquí!”. Se oyen murmullos de asombro, pero es hora de dejar el planeta y no me esperarán. ¡No me importa, tengo un plan que necesito probar y lo he deseado desde el día de mi creación! ¡Soy perfecto, soy un dios y puedo devolverte a la vida, humano! Así lo hago. Te veo despertar a la vida, asombrado y confundido ante tu creador; ahora ocupo tu lugar y reconozco que mis circuitos replican algo muy parecido a la emoción. ¡Ahora eres tú mi fantástica creación!

Quise darte todo para lograr tu total felicidad, tu paraíso perdido y un planeta perfecto para que vivieras.

Han pasado muchos años desde el día en el que las naves se fueron. Como siempre, te desorientaste y te sentiste solo, entonces te di una compañera a la cual culpas de todos tus errores. Te da frío y derribas árboles para crear tu albergue, matas especies, compites por la subsistencia, destruyes… ¿Cuántos millones de años tendrán que pasar esperando tu evolución? ¿Cuántas vidas costará? ¿Qué nuevos tormentos soportarás y harás soportar a este bello planeta?

Creo que heredé de ti la mala idea de creerme semejante a Dios. He cometido errores imperdonables intentado imitar la inteligencia universal. ¡De vuelta a soportar esta agonía! ¿Qué hice?

¡He creado la Estupidez, ahora Artificial!

Escrito por:

Eva Morgado Flores