Uno de los casos más interesantes durante la explosión del Soul a comienzos de la década de 1960, fue el de James Brown, un cantante que venía cosechando pequeños éxitos desde fines de los 50, como “Please Please Please” o “Try Me”, siempre como el solista asociado al conjunto vocal “The Famous Flames”. Lo que separaba a Brown del resto de sus competidores era su gran energía, lo que se traducía en shows en vivo llenos de baile y emoción, que acompañaban el canto y los gritos del artista. Eventualmente, a principios de los años 60, el estilo crudo e hiperintenso de Brown lo transformó en uno los máximos íconos de la música afronorteamericana; sin embargo, esas mismas características lo alejaron del lado más comercial del Soul, orientado a venderle también a las audiencias blancas. Con el paso de los años, la música de James Brown evolucionó desde el sonido Pop de los años 50 hacia un Soul que, cada vez, privilegiaba más los elementos rítmicos en la música. Esto puede verse de manera clara en el famoso especial de televisión de 1964 llamado “TAMI Show”, donde el llamado “hombre más trabajador del espectáculo” fue por primera vez presentado frente al gran público estadounidense, mayormente blanco, logrando maravillar a la audiencia con un increíble espectáculo en vivo. Luego de esa presentación, el éxito comercial de James Brown siguió en ascenso gracias a populares sencillos como “Papa’s Got A Brand New Bag” o “I Got You (I Feel Good)”. Para 1967, y convertido en una de las figuras más exitosas de la música negra, la música de James Brown se había alejado casi por completo de las estructuras típicas del Pop, dejando de lado la idea de unas estrofas, pre-coros y coros, en pos de una estructura conformada por una sección principal y un “puente”, reduciendo al mínimo la armonía y e incluso llevando la melodía a un tercer plano detrás del ritmo, el ingrediente esencial del nuevo estilo creado por Brown, que recibiría el nombre de FUNK. 

 El Funk original creado por James Brown en temas como “Cold Sweat” ó “I Got The Feelin’”, nos muestra de manera clara cómo la función de todos los instrumentos, incluso de la voz, tienen un sentido altamente rítmico y percusivo, realizando patrones repetitivos que, al integrarse, formaban un todo polirrítmico que promovía el baile. Dentro de los instrumentos, quizás lo más interesante es el caso de la batería, que rompía la “dictadura” de acentuar los tiempos 2 y 4, típica del Pop y Rock, desplazando los acentos en el tambor, mientras también introducía distintas texturas mediante el uso de notas fantasmas (golpes tocados a un volumen mucho menor entremedio de los acentos), entre otras innovaciones. Como mencionamos anteriormente, en esta versión original del Funk, la melodia y la armonía pasan a segundo o tercer plano detrás del ritmo, mientras, desde la sensualidad sugerida en mucha de la música Soul, en el Funk de James Brown pasamos a un estilo cargado de sexualidad cada vez más explícita, si bien no necesariamente siempre en las letras, presente en la energía de la música misma. Al igual que Louis Armstrong en el jazz, el Funk tiene a su primer gran pilar importante en James Brown, cuya influencia está inserta de aquí en adelante en el ADN del estilo, aún cuando la evolución de este nos presentará en muchos casos versiones menos radicales en cuanto al equilibrio entre melodía, armonía y ritmo. 

 

Años 70: Funk y Soul

El segundo pilar fundamental del Funk llega con la música de Sly & The Family Stone- una agrupación multiracial liderada por el cantante, tecladista y guitarrista Sly Stone- quienes mezclaron la canción Soul con elementos del Funk de James Brown, el Rock de Jimi Hendrix y la psicodelia, asociándose fuertemente a fines de los años 60 al movimiento contracultural californiano

En sus letras, Sly Stone no dudó en incluir temas pacifistas y de crítica social, mientras el bajista de la agrupación, Larry Graham, revolucionó para siempre el instrumento al introducir al mundo la técnica del slap, donde golpeaba las cuerdas graves del bajo con el pulgar y tiraba las cuerdas más agudas con el dedo índice, consiguiendo un sonido percusivo y agresivo que hasta el día de hoy se asocia al estilo. En la transición hacia los años 70, la popularidad de Sly & The Family Stone influenció a cientos de agrupaciones negras que mezclaron el Funk y el Soul con algunos elementos del sonido Rockero, así como la idea misma del concepto de “banda”, algo que era totalmente ajeno a la tradición afro norteamericana, acostumbrada a la idea de solistas o grupos vocales acompañados por músicos de sesión.
Es así como en la primera mitad de los 70s, el exitoso subgénero cinematográfico denominado “Blaxploitation”- que presentaba historias policiales llenas de violencia y sexo, protagonizadas por antihéroes y destinadas a audiencias negras- trajo consigo bandas sonoras llenas de Funk que influenciaron incluso el sonido de grandes producciones de Hollywood, transformando el estilo en el género de moda, lo que facilitó el camino a diversas bandas como The Meters, Kool & The Gang, The Ohio Players, O’Jays ,The Commodores o The Brothers Johnson, así como incluso a bandas racialmente mixtas como Tower Of Power, Rufus o los escoceses Average White Band. Un punto interesante es ver cómo cada una de estas bandas presentaba, en sus distintos temas, diversas aproximaciones al equilibrio entre melodía, armonía y ritmo, a veces acercándose más a la canción Soul y otras veces al Funk de James Brown.

George Clinton y el P-Funk

Un caso particularmente interesante tiene que ver con la música de George Clinton, que, eventualmente, se transformó en el tercer pilar fundamental del Funk. Desde fines de los años 50, Clinton alternaba su trabajo como barbero en New Jersey con el de cantante en un grupo vocal llamado “The Parliaments”, quienes, luego de muchos intentos infructuosos, lograron tener un single exitoso en 1967: la composición de Clinton “I Wanna Testify”, donde también ofició como cantante principal. Si bien este primer éxito no se alejaba demasiado del sonido Motown de la época, poco después, y debido a su interés en la contracultura, el Rock y las drogas psicodélicas, George Clinton reformó la agrupación, añadiendo una sección rítmica y rebautizando el nuevo proyecto como “Funkadelic”, quienes comenzaron a editar discos en 1970, mezclando el funk de James Brown con el Rock Psicodélico, logrando un sonido que la crítica denominó “Acid Rock” o “Black Rock”. Con el paso de los años, Funkadelic se transformó en una banda cada vez más exitosa, con un show en vivo cargado de drogas y referencias sexuales, que cautivaron tanto a audiencias del Rock como del Funk.
En 1974, Clinton decide formar una banda paralela llamada Parliament, orientada a un sonido más bailable y menos rockero, que eventualmente integraría a importantes ex-miembros de las bandas de James Brown como el bajista Bootsy Collins, el guitarrista Catfish Collins, el saxofonista Maceo Parker y el trombonista y arreglista Fred Wesley, además de otros miembros destacados como el virtuoso y creativo tecladista Bernie Worrell. Ésta se transformaría en una de las agrupaciones más influyentes de los años 70, con un sonido que Clinton mismo denominó P-Funk. La música del P-Funk mezclaba una sólida base rítmica sobre la cual se superponían múltiples capas de guitarras, sintetizadores y armonías vocales, con creativos arreglos de vientos de influencia jazzera escritos por Fred Wesley, lo que se sumaba a una estética afro espacial, asociada a historias humorísticas de ciencia ficción creadas por Clinton, donde los miembros de la agrupación se transformaban en personajes que luchaban por expandir el sonido del Funk y el baile por la galaxia. Hasta el dia de hoy, periodistas y musicólogos hablan sobre la importancia que estos temas, a pesar de su apariencia cómica, tienen sobre el desarrollo de la cultura moderna afronorteamericana, que hasta entonces carecía prácticamente de casi toda representación en los géneros fantásticos o de superhéroes. A pesar de que las canciones no contaban normalmente con estructuras típicas de cancion, el increíble éxito de las agrupaciones de Clinton desde mediados de los 70, le permitió crear diversos proyectos alternativos a Parliament y Funkadelic, además de realizar increíbles shows en vivo con efectos especiales ¡e incluso una nave espacial que aterrizaba en el escenario!
Eventualmente, el P-Funk se transformó no solamente en una música importante durante los años 70, sino también durante los 80, además de ser uno de los ingredientes clave en el desarrollo del Hip-hop, el género más popular en EE.UU en las décadas venideras.

En nuestro próximo capítulo, revisaremos los casos de un solista y una banda que hasta el día de hoy representan el más alto standard relacionado a la música afronorteamericana, así como también la polémica en torno a la música disco.

 

Compositor, Arreglista Y Profesor Historia de la Música Instituto Profesional Escuela Moderna de Música

Felipe Opazo