La escritura también se destaca por textos no ficcionales, como manuales, recetarios, enciclopedias, libros de ciencia o investigación, entre otros. Aunque la naturaleza de cada uno es distinta, estos textos requieren de organizar algunos elementos básicos antes de emprender su escritura. A continuación, te contamos cómo iniciar la escritura de un libro de no ficción.

Define el tema

¿Sobre qué quieres escribir? Puedes enfocarte en una actividad muy específica (por ejemplo, una guía detallada para iniciar un emprendimiento de apicultura urbana), o escribir un libro que abarque aspectos más generales sobre el tema (qué es la apicultura, su historia, descripción de las abejas, cómo se produce la miel, etc.).

 

Establece un público

Definida la temática, pregúntate a quién le interesará tu libro. Para continuar con el ejemplo anterior, no es lo mismo escribir una guía para apicultores novatos que una enciclopedia sobre el tema o un texto escolar para hablar de la producción melífera.

Definir el público objetivo te ayudará a encontrar el tono de escritura y utilizar los términos adecuados para cada audiencia.

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Investiga

Aunque poseas conocimientos sobre el tema, es recomendable que realices una investigación antes de comenzar a escribir. De esta forma, estarás al tanto de las posibles actualizaciones, nuevos métodos o cifras. Además, ofrecerás información más veraz y útil a tus lectores, respaldada por estudios previos. Durante esta etapa, recuerda tomar apuntes de todos los datos de utilidad.

Organiza los datos

Archiva tablas, cifras, estadísticas, estudios, entre otros, que serán necesarios para construir el libro. Es recomendable disponer de ellos antes de emprender la escritura, de esta forma podrás consultarlos cuando tengas dudas y no perderás tiempo tratando de recordar dónde leíste la información.

De igual forma, lleva un registro sobre todas las fuente consultadas: libros, páginas de Internet, videos, archivos, entrevistas, grabaciones, noticias, encuestas, etc. Al utilizar datos y conceptos de otros autores, es importante que incluyas la fuente para evitar conflictos de derechos de autor producto del plagio; además, tu lector podrá consultar ese material si resulta de su interés.

Estructura el contenido

Teniendo en cuenta al lector, estructura el contenido de lo macro a lo micro. De acuerdo con el ejemplo sobre la enciclopedia de apicultura, lo primero sería definir esta práctica, hablar de las distintas especies de abejas (clasificación, anatomía, hábitos y otros aspectos relevantes), mencionar los beneficios de la miel, para luego introducirse en los procesos de cría de abejas, la construcción de las colmenas, los cuidados, la extracción de la miel…

Incluso en los recetarios, es posible añadir una introducción sobre el tipo de comida que se preparará, un listado con información sobre los principales ingredientes o utensilios a utilizar o un compendio de términos sobre las técnicas que se aplicarán para no extenderse en explicaciones repetitivas de cada una en cada receta.

Establecidos estos pasos previos, podrás enfocarte en la escritura de tu libro de una forma más eficiente.

 

Aguja Literaria