Adolescentes: el nuevo público objetivo

El término de la 2da guerra mundial trajo consigo importantes cambios sociales y políticos a nivel global, destacándose el enfrentamiento ideológico entre 2 superpotencias como EE.UU y la Unión Soviética. En el caso de EE.UU, la aceleración del proceso de migración campo-ciudad que se había iniciado en las décadas anteriores, conllevó al desarrollo de urbes cada vez más densas, y el posterior abandono de éstas por parte de las clases medias blancas que buscaron un estilo de vida más tranquilo en los suburbios. Sin embargo, dentro de todos estos cambios, fue quizás la creación de un nuevo segmento etario por parte de los publicistas, el que tuvo mayor influencia sobre la música de mediados de siglo. 

Hasta la 2da guerra mundial, el término adolescente era raramente utilizado; no obstante, hacia fines de los 40, las distintas industrias del consumo comienzan a darse cuenta que existía un nicho comercial no explotado en las mujeres y hombres entre 13 y 19 años, quienes ya se sentían muy mayores para ser tratados como niños, pero tampoco se sentían totalmente adultos. Este nuevo segmento era además particularmente susceptible a la publicidad, y en algunos casos, podía ya contar con algunos ingresos, por lo que, en el caso de la música, significaba un punto de esperanza en el oscuro panorama comercial postguerra, que vio como el Swing, que había llenado las arcas de los sellos discográficos, decaía rápidamente en popularidad luego de 10 años de éxito absoluto.

 Hacia mediados de los 50, y luego de varios años sin un producto estrella, la industria musical puso sus ojos sobre el Rhythm & Blues: un fenómeno que, si bien ya estaba consiguiendo importantes ventas en la población afronorteamericana desde mediados de los 40, ahora comenzaba a atraer más y más adolescentes blancos, quienes se aferraban a las estaciones de radio afronorteamericanas, o bien al programa de un influyente disc jockey llamado Alan Freed, quien se hizo famoso por transmitir grabaciones de Rhythm & Blues bailable en la radio blanca, re bautizando además este tipo de música como “Rock and Roll”. 

Rock’n Roll

El Rock’n Roll, que toma por asalto a EE.UU a mediados de los 50, representa uno de los casos más explícitos de éxito comercial basado en una cuidadosa estrategia de marketing, así como también un ejemplo tácito de apropiación cultural.

En este caso, la estrategia era simple: musicalmente, el Rock’n Roll sería simplemente una versión industrializada del Rhythm & Blues bailable, que en un principio simplemente reemplazaría a los intérpretes afronorteamericanos por jóvenes blancos, y le añadiría un toque extra de producción a la música. Sin ir más lejos, muchos de los primeros grandes éxitos del Rock’n Roll son simplemente covers de hits de intérpretes afronorteamericanos de R&B quienes quedaron relegados a un segundo plano. Por lo mismo, quizás lo más interesante del Rock’n Roll tiene que ver con los factores extra musicales, donde la industria, teniendo en cuenta el extremo conservadurismo de la sociedad norteamericana de los 50, y el rechazo de muchos de estos valores por parte de los adolescentes, tomó una decisión impensada y decidió publicitar el nuevo estilo como algo contracultural, presentando intérpretes controversiales como Elvis Presley o Jerry Lee Lewis, quienes desafiaban las buenas costumbres con bailes y cantos sugerentes, que ahora los jóvenes podían ver todos los días en sus casas, gracias a la gran penetración de la televisión el los hogares estadounidenses durante los 50. 

Eventualmente, gracias al el éxito masivo del Rock’n Roll a mediados de los 50, la industria comenzó a incluir rápidamente a figuras jóvenes del R&B afronorteamericano, ahora vendidos como músicos de Rock’n Roll, quienes lograron romper la barrera racial y se convirtieron en estrellas importantísimas para el género, como Fats Domino, Chuck Berry, Bo Diddley o Little Richard, por nombrar algunos. 

En términos generales, y salvo por casos puntuales como el ex cantante de música Country Bill Haley o el afable pianista Fats Domino, las figuras del Rock’n Roll explotaron al máximo su libertad escénica y desataron una ola de preocupación entre los padres norteamericanos que veían con terror las presentaciones cargadas de sexualidad de muchos de los íconos del estilo. 

A pesar de esto, y debido al tremendo éxito comercial del género, la industria siguió apoyando la imagen contracultural del Rock’n Roll durante sus primeros años, al menos mientras desarrollaban una estrategia que permitiera alejar a los jóvenes de estas influencias, sin hacer daño a las ventas de discos. 

En nuestro próximo capítulo, analizaremos la decadencia del Rock’n Roll y el fenómeno del Pop adolescente de fines de los 50, así como también el cómo la influencia del Rhythm & Blues norteamericano impactó a jóvenes músicos ingleses, quienes dieron inicio a una nueva revolución musical basada en gran parte en códigos afronorteamericanos: el Rock. 

Compositor, Arreglista Y Profesor Historia de la Música Instituto Profesional Escuela Moderna de Música

Felipe Opazo