Uno de los primeros subgéneros desprendidos de la música electrónica es el “Ambient”, que se basa en el concepto de texturas sonoras, donde el timbre y la atmósfera es más importante que la forma, o incluso la melodía. En términos generales, el Ambient podría asociarse, en el mundo de la música docta, a conceptos tan antiguos como la “Música Para Muebles” de Erik Satie a comienzos del siglo XX, así como también a movimientos como el Minimalismo o incluso, en una variante más “oscura”, a las composiciones del húngaro Gyorgy Ligeti. En el plano popular, el concepto de Ambient aparece en la escena alemana del “Krautrock” de los años 70 en la música de grupos como Popol Vuh, o, de manera más famosa, Tangerine Dream; sin embargo, logra su popularidad gracias al trabajo del inglés Brian Eno, quien en 1978 edita el disco “Ambient 1: Music for Airports”, apostando a una idea de “instalación sonora” que funcionara para calmar el tenso ambiente de los aeropuertos. Posteriormente, el Ambient será, en muchos casos, asociado también a la cultura New Age, logrando amplio éxito comercial.

 

Un caso interesante, que marca directamente un nexo entre el ambiente experimental docto y la electrónica pop, es el del compositor francés Jean Michel Jarre, quien, luego de formar parte de los grupos experimentales de Pierre Schaeffer, comenzó una carrera solista que en 1976 explotó con la publicación de “Oxygene”:

 

Un disco que mezcla recursos Ambient con melodías pegajosas, grabado de manera casera, que eventualmente lo llevó a convertirse en el músico francés más vendedor de la historia. Además de sus éxitos discográficos, Jarre es comúnmente asociado a gigantescas producciones en vivo- que incluyen múltiples elementos audiovisuales- que lo han llevado a romper récords de asistencia en vivo a conciertos al aire libre. 

 

En el terreno del cine, la música electrónica de corte popular comienza a hacerse muy popular en la transición hacia la década de 1980, en gran parte, gracias al trabajo del compositor griego Vangelis, quien logró un increíble éxito comercial con sus trabajos en cintas como “Chariots of Fire” o “Blade Runner”.

Electrónica Bailable

A comienzos de los 80, la tecnología de los sintetizadores y máquinas de ritmos comenzó a hacerse un poco más asequible para los músicos independientes, en particular gracias a compañías japonesas como Roland, Korg y Yamaha. Quizás, el caso más emblemático fue el de la máquina de ritmos Roland TR 808, que ofrecía sonidos de percusión sintetizados y fracasó rotundamente frente a la competencia de comienzos de los 80, que ofrecía sonidos sampleados de mayor calidad, lo que derivó en que las ahora famosas “808” pudieran ser adquiridas a muy bajo precio por jóvenes en su mayoría afronorteamericanos, que se transformaron en figuras importantes en el mundo del hip hop y la música electrónica. Sin ir más lejos, los sonidos de la Roland 808 y su hermana 909 forman la base de dos de los géneros más importantes de la música electrónica bailable de los 80: el “House” de Chicago, y el “Techno” de Detroit. En la práctica, ambos subgéneros se asocian a la cultura de los clubes de la escena gay y alternativa, que luego de vivir su época de oro durante el reinado de la música disco, volvieron al underground a comienzos de los 80 en Chicago y Detroit. Musicalmente, tanto el House como el Techno derivan directamente de la música Disco y comienzan su vida gracias a DJs, como Frankie Knucles en Chicago, que alteraban y alargaban éxitos de la época añadiendo, a veces, beats creados en máquinas de ritmos. Posteriormente, el House se fue simplificando y transformando en un sonido de más bajos recursos, basado en máquinas de ritmo y sintetizadores, y temas con escasa coherencia estructural o importancia melódica, donde el foco era el baile. Si bien, existen algunas diferencias de carácter, tanto el House como el Techno de Detroit son entendidos como géneros hermanos, y representan la visión y sonido de una juventud afroamericana de clase media, que, poco a poco, comenzó a salir del underground y conseguir mayor éxito comercial. No obstante, el boom del House tuvo que ver con la explosión del “Acid House” entre los jóvenes blancos ingleses hacia fines de los años 80, que agregaron a la cultura de los clubes la idea de grandes fiestas, a menudo al aire libre, denominadas “raves”, asociadas fuertemente a drogas como el éxtasis. Como en muchos subgéneros electrónicos, el “Acid House” simplemente modifica algunos timbres en relación al House- particularmente gracias a la adición del sintetizador de bajos Roland TB-303-, y se transforma en la banda sonora del ascenso a la popularidad de la música electrónica bailable de comienzos de los 90. 

Paralelo al desarrollo del House y Techno en EE.UU, la escena electrónica seguía floreciendo en Europa, tomando influencias de la cultura post Punk, lo que derivó en la “Electronic Body Music” de grupos como Front 242 y el desarrollo de lo que posteriormente sería llamado “Electro Industrial”, que se desarrolló en ambos lados del Atlántico, mezclando una estética oscura con sintetizadores, máquinas de ritmo y elementos del Rock. 

Durante los 90, la música electrónica cada vez estuvo más presente en la cultura popular, gracias al éxito del House, Ambient, Electro Pop y nuevos subgéneros como el Trance, que con sus pulsos acelerados representaba una versión más intensa y más alejada de las raíces negras del House. A la vez, los distintos estilos electrónicos dieron vida a todo tipo de mezclas como el Tribal House, Ambient Techno, o incluso a fusiones con el Rock y Metal, así como a nuevos subgéneros donde destacan los rítmicamente más complejos Jungle y Drum n’ Bass. Por su parte, figuras del Pop como Madonna fueron tomando elementos de las distintas vanguardias electrónicas contemporáneas con gran éxito comercial, mientras grupos ingleses como The Prodigy o el dúo Chemical Brothers llegaban a lo más alto de los rankings demostrando que hacia fines de los 90, la Electrónica había penetrado de lleno el mercado musical a nivel mundial. 

Ya en el siglo XXI, subestilos como el Electroclash, una especie de reimaginación contemporánea del New Wave y Electro Pop de los 80, o el increíble éxito del Dubstep se transformaron en fenómenos comerciales importantes, mientras que, en términos generales, la Música Electrónica Bailable, organizada ahora bajo el nombre de Electronic Dance Music o EDM, comenzó a formar parte del ADN esencial de gran parte del Pop.

 

 

 

En nuestro próximo capítulo, seguiremos conectados a los sonidos electrónicos para analizar el origen y desarrollo de uno de los géneros más importantes e influyentes de los últimos 40 años: el Hip Hop. ¡Nos vemos!

 

Felipe Opazo O.

Compositor y Arreglista Profesor Historia de la Música Instituto Profesional Escuela Moderna de Música

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