Jazz Moderno

La década de 1940 se comporta como un punto de inflexión en la historia del jazz, donde la increíble popularidad del Swing -una música bailable y que cada vez se alejaba más de la improvisación-, contrastaba con la música que se estaba incubando a altas horas de la noche en el barrio de Harlem, el Bebop. El punto de cambio viene a partir del decaimiento del swing tanto en las ventas, como en las preferencias de la audición, que poco a poco comenzó a bailar otros estilos y “renovarse”. Hacia fines de los 40’s, la mayoría de las Big Bands más populares, incluyendo las de Benny Goodman y Tommy Dorsey, habían tenido que disolverse por motivos económicos; lo que ayudó a elevar la notoriedad de los músicos jóvenes, muy bien vestidos y que parecían capturar el espíritu moderno de las post-guerra. Sin embargo, la nueva música (el Bebop) presentaba demasiadas dificultades para la audiencia promedio del jazz a mediados de los 40´s, y de manera más importante, era una música que no estaba pensada para ser bailada. Por ende, la audiencia del jazz se redujo enormemente, las grandes salas de baile fueron reemplazadas por pequeños clubes donde la gente iba a escuchar y deleitarse con la improvisación, no a bailar desenfrenadamente y escaparse de los problemas cotidianos. Este es el inicio del jazz “moderno”, un concepto que trajo consigo un arma de doble filo: por un lado, los músicos tuvieron que enfrentar el hecho de que su música estaba siendo consumida por menos gente, es decir, se transformó en un producto de elite mientras que, por otro lado, este alejamiento de la comercialidad permitió a los artistas una libertad creativa casi total, algo que rara vez se da en la música pop. 

Cool Jazz

Como comentamos en nuestro artículo anterior, el Bebop es la base, con pocas excepciones, de todo el jazz desde mediados de los 40´s hasta la actualidad, por lo que, para hablar acerca de lo que la prensa bautizó como “Cool Jazz”, es importante recalcar que este nuevo estilo toma sus bases musicales en el lenguaje del Bebop, y sus diferencias tienen que ver más que todo con una forma distinta de “presentar” la música, más que con su estructura en sí. Si hiciéramos un paralelo, el Bebop podría ser el idioma español “neutro” (si es que eso existe), mientras que el Cool Jazz sería un español hablado con un acento regional distinto (como un acento mexicano, cubano, argentino o chileno), la base es la misma, pero suenan bastante diferente entre sí.

Al hablar del Bebop, comentamos cómo el énfasis estaba totalmente puesto en la improvisación. La composición y los arreglos habían pasado a segundo plano, el sonido era estridente, como un reflejo de la angustia y desesperación de la vida cotidiana de muchos de los afronorteamericanos en EE.UU, así como también de la incertidumbre y miedo de la 2da Guerra Mundial. Es en este contexto, donde, a fines de los 40´s,  algunos jóvenes músicos que formaban parte del movimiento Bebop, comenzaron a desarrollar nuevas ideas, que buscaban abrir las posibilidades del jazz moderno para aquellos que no necesariamente querían (o podían) sonar igual que Charlie Parker o Dizzy Gillespie.

El Cool Jazz es un estilo bastante difícil de definir, ya que cuenta con distintas “aristas” o “subestilos” que pueden parecer bastante distintos, sin embargo, todos comparten la característica clave que da origen a su nombre: un sonido “refinado”, que se aleja de la estridencia del Bebop para ofrecer un timbre más cálido y relajado. Otra característica que aparece en muchas de las grabaciones “clave” del Cool Jazz, es la presencia de arreglos y composiciones sofisticadas, aun cuando la improvisación seguía siendo lo más importante, lo que marca una clara distancia con el jazz de los 40´s. Para muchos, el Cool Jazz cambia el enfoque impulsivo y salvaje del Bebop, por un enfoque más reflexivo, intelectualmente influenciado, en muchos casos, por la música de concierto europea, algo que encantó a muchos y alienó a otros tantos.

El término Cool Jazz comenzó a ser utilizado por la prensa en la primera mitad de la década de los 50´s, para describir el sonido de músicos como el joven trompetista Miles Davis, quien poseía un sonido cálido, cargado al registro medio de la trompeta, lo que representaba un quiebre con el estilo veloz y estridente de Dizzy Gillespie. Hacia 1949, Davis, dando sus primeros pasos como líder, se asoció al arreglista blanco Gil Evans para dar vida a un proyecto que tenía en mente, donde la interacción de 9 músicos, incluyendo instrumentos inusuales en el jazz moderno como el corno francés o la tuba, realmente lograban crear un sonido distinto a lo que normalmente se ofrecía en el campo del jazz moderno. Si bien este proyecto pasó relativamente desapercibido a fines de los 40, las grabaciones se re-editaron a mediados de la década de los 50 con el nombre “Birth of The Cool” (“el nacimiento del cool”), uno de los discos más legendarios de la historia del jazz. Hablaremos en detalle sobre Miles Davis en nuestro próximo capítulo, sin embargo, es importante recalcar que todas sus grabaciones junto al arreglista Gil Evans durante la 2da mitad de los 50´s y principios de los 60´s, como son los discos “Miles Ahead”, “Porgy & Bess” o “Sketches from Spain”, son excelentes ejemplos del enfoque “cool” de sonido, donde los arreglos y composiciones para grupos grandes, así como  la experimentación timbrística, marcan la pauta, sumados obviamente a la trompeta solista de Davis. A pesar de esto, asociar la música de Miles Davis exclusivamente al Cool Jazz sería un error absoluto, como veremos en nuestro próximo capítulo.

 

Un polígono con muchas aristas

Dentro del Cool Jazz podemos detectar una variedad de aproximaciones distintas a la música, ya sea en formato (desde piano solo, trios o cuartetos a orquestas completas) o complejidad (desde las cálidas melodías “pop” que interpreta Chet Baker a las desafiantes composiciones de George Russell), por lo que, como se mencionó antes, el sonido “refinado” y “relajado” vendría a ser prácticamente el único factor común en las distintas aristas del estilo.

Entre las distintas aproximaciones, tenemos por ejemplo la del virtuoso pianista Lenny Tristano, quien agregó al bebop conceptos y procedimientos venidos de la música docta europea, desarrollando un estilo complejo e intelectual, que legó a sus discípulos, como los saxofonistas Lee Konitz y Warne Marsh. La música y las enseñanzas de Tristano siguen cautivando muchos músicos en la actualidad, por lo que su influencia en el jazz contemporáneo no debería ser menospreciada. Este enfoque intelectual asociado a la música académica europea fue llevado a uno de sus límites más desafiantes en lo que se conoció como “Third Stream” ó “Tercera corriente”, donde compositores como Gunther Schuller ó George Russell buscaron asociar elementos de la improvisación y lenguaje jazzistico moderno a la composición docta contemporánea. Sin embargo, la influencia “clásica” más tradicional (es decir de períodos anteriores al siglo XX) también se hizo sentir en la música de uno de los grupos más emblemáticos del Cool Jazz, el Modern Jazz Quartet (MJQ). Liderado por el pianista y compositor John Lewis, el MJQ buscaba sacar al jazz de los clubes y acercarlo a las salas de concierto, en un concepto que ellos mismos denominaron “jazz de cámara”. En la práctica, los músicos del MJQ eran todos avezados intérpretes de jazz moderno, quienes juntaban el blues y la improvisación del bebop con sofisticadas composiciones y arreglos que muchas veces integraban elementos de la tradición europea.

Por otra parte, existe también un lado del Cool Jazz, normalmente asociado a los músicos de la costa oeste de EE.UU (“West Coast Jazz”) , donde toda la intelectualidad y complejidad técnica pasa a segundo plano, dejando en evidencia un jazz tranquilo y relajado, como el expuesto por el trompetista Chet Baker, quien se transformó en uno de los artistas más vendedores del jazz, particularmente cuando añadió el canto a su repertorio (Baker es el ejemplo más claro de un estilo de canto “cool”).

En la 2da mitad de los 50, el ejemplo más famoso de Cool Jazz lo trajó el cuarteto del pianista y compositor Dave Brubeck, quien contaba con estudios universitarios composición, bajo la tutela del compositor francés Darius Milhaud. Brubeck logró juntar la intelectualidad de su enfoque musical, con un sonido ligero (ayudado por el saxofonista Paul Desmond) y composiciones que cautivaron a la audiencia, como sus clásico “Take Five” de 1959, uno de los temas más populares de la historia del jazz, que curiosamente, utiliza un concepto rítmico muy atípico en la música popular.

Como pueden darse cuenta, el Cool Jazz ofrece un amplio espectro de sonoridades, para todo gusto, y, en sus variantes más comerciales (Chet Baker, Dave Brubeck), se transformó en uno de los géneros más vendidos del jazz moderno hasta el dia de hoy.

En nuestro próximo episodio, exploramos en detalle el caso de Miles Davis, así como el otro lado del Jazz de los 50’s, que trató de mantener vivo el espíritu intenso del jazz moderno, echando mano a algunos recursos que apuntaban directamente a la raíz cultural afronorteamericana: el Hard Bop.

 

Felipe Opazo O.

Compositor y Arreglista/ Profesor Historia de la Música Instituto Profesional Escuela Moderna de Música

Playlist COOL JAZZ : https://open.spotify.com/playlist/2XfkmyAoSC1lxgM0BvQ0q7?si=u-T-ybXYSQmTRV2sU8N9Iw