“Los poemas no siempre tienen que rimar.”

 

Cuando hablamos de poema, seguro acude a tu mente la rima, una disposición en la página distinta a la utilizada en prosa y la expresión de sentimientos desbordados. Sin embargo, existen otros ingredientes en la composición de un texto lírico, son los elementos internos que componen el poema:

Hablante lírico

El hablante lírico es la voz que se expresa en el poema. Muchas veces es común creer que esta voz pertenece al autor, pero esto no es correcto. Es cierto que puede expresar sentimientos que el autor experimente, pero también es posible que incluya ciertas ideas que este no comparte, pero que es capaz de imaginar e intuir al ponerse en los zapatos del otro.

Se trate o no de pensamientos y emociones compartidas por el autor, en los poemas el hablante lírico es el “narrador”, un ente literario que expresa lo que siente.

Objeto lírico

El objeto lírico es aquel elemento que motiva el poema. Puede tratarse de algo concreto, como una persona o cosa, o de algo abstracto, como un sentimiento. En este sentido, el poema gira en torno a este objeto.

Motivo lírico

El motivo lírico está estrechamente relacionado con el objeto, ya que se trata del tema principal del poema, el sentimiento que predomina en las estrofas. Por ejemplo, en un poema amoroso, el objeto lírico es aquella persona de quien trata el escrito, mientras que motivo lírico pueden ser los sentimientos de nostalgia, deseo, amor o melancolía que se emplean para referirse a ese objeto.

De esta forma, el motivo lírico está relacionado con el ánimo que expresa el hablante lírico frente al objeto; todo esto constituye el tema de la obra.

 

Muy pronto publicaremos la 2° parte de este artículo 

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