Las claves detrás del nuevo libro de Óscar Contardo

En un momento en que el país debate sus bases constitucionales, la llamada clase media se ha transformado en “un público fantasmal para los políticos en busca de votos, una entidad misteriosa para los economistas distinguidos”, escribe el periodista Óscar Contardo en su última entrega.

Por Alfredo López Jiménez

Como un ensayo crítico que hace un profundo diagnóstico a la clase media chilena, el reciente lanzamiento del periodista y escritor Óscar Contardo plantea una reflexión crítica sobre el mito que existe en torno a este grupo, cuya identidad, en sus palabras, ya no está relacionada con instituciones de educación pública, sino en un dominio de competencia constante. “Actualmente lo que existe son sectores medios muy diversos. Tanto en ingresos como en su modo y perspectivas de vida en los que se repite —como único hilo conductor— la insatisfacción”, establece.

Escritor y periodista, ha publicado en Artes y Letras de El Mercurio y en las revistas El Sábado, Gatopardo y Caras. Actual columnista de La Tercera, sus trabajos han sido incluidos en libros como Las cien crónicas del 2010 (Ocho libros). En el 2008 publicó Siútico, después Raro: una historia gay de Chile, y en el 2014 la biografía Luis Oyarzún. Un paseo con los dioses. En 2018, lanzó Rebaño y en el 2020 Antes de que fuera octubre, ensayo ganador del Premio Mejores Obras Literarias del Ministerio de las Culturas.

Una mirada sostenida en torno a los fenómenos de nuestra idiosincrasia que Contardo va develando como si se tratara de sacar capas de prejuicios y tabúes. En torno a su nueva entrega, el autor sostiene que un factor clave para entender este relato es la revuelta de octubre de 2019. “Si uno revisa los estudios del perfil social de las personas que participaron en las manifestaciones en Plaza Italia, sobre todo, las semanas posteriores al estallido, se da cuenta de la relevancia que tuvieron los sectores medios, con educación universitaria y menores de 40 años. Es decir, una generación de chilenos y chilenas educados en democracia, con más años de enseñanza superior que sus padres y abuelos, pero insatisfechos en sus perspectivas de vida, ingresos y trabajos”, describe.

Asimismo, en la publicación el periodista critica el poco conocimiento de la élite respecto de la realidad. Contardo sostiene que los sectores más ricos creen, equivocadamente, que la clase media está formada por la mayoría de la población. “Sus percepciones están distorsionadas por la distancia que mantienen de formas de vida ajenas”. Así, a través de un recorrido histórico con muchas cifras, muestra cómo el supuesto progreso económico que ha tenido el país no se ve reflejado en la vida de quienes pertenecen a la llamada clase media. “Una parte importante de los sectores medios, están formados por familias que no son consideradas pobres en términos estadísticos, pero tampoco conforman lo que podría considerarse clase media. Familias que, frente al desempleo y la enfermedad, son arrojadas al vacío económico. Viven en la precariedad”, argumenta antes de explicar por qué decidió escribir este libro.

La clase media siempre es estudiada de manera fría y numérica por ingenieros, estadísticos y sociólogos, ¿por qué decide llevarla al terreno del ensayo? ¿Cómo llegó a su vida esta inquietud por desarrollar una reflexión crítica en torno a ella?

Este libro es, de alguna manera, volver sobre el tema del orden social que abordé en Siútico, pero en una clave distinta. Por un lado, mi origen es de esa vieja clase media de provincia, lo que transforma el asunto en una inquietud biográfica, pero por sobre todo es una pregunta de orden político. Los discursos sobre la clase media tienden a dar por sentado que es un sector social mayoritario y a la vez con una identidad clara… y no es ni lo uno ni lo otro. Este punto me parece muy interesante de tratar.

Habla de la ‘ilusión de la clase media’… Desde su mirada, ¿cuál es el peor pecado de este estamento a la hora de moverse hacia otros horizontes sociales?

El considerar la pertenencia a la clase media como un tránsito hacia otra parte y no como un espacio permanente. Creo que esa idea de pasillo significa una debilidad de los sectores medios para constituirse en un grupo social con peso político.

También escribe que está compuesta por diversos sectores y, seguramente, con distintos intereses y ambiciones. En resumen, ¿se puede distinguir a la clase media alta y a la clase media baja?

Lo que actualmente sucede es que hay distintos sectores de ingresos medios muy diferentes entre sí, con distinto origen, valores y perspectivas, pero la gran mayoría de esos sectores tienen en común vivir bajo el peligro constante de caer en la pobreza pura y dura. Más que clases medias, son grupos de ingresos medios en el borde de la precariedad.

Finalmente, la fisonomía de la clase media, junto a sus rasgos y aspiraciones, hablan mucho de un país. ¿Cómo observa el caso chileno?

Creo que el caso chileno es igual a lo que ocurre en otros países latinoamericanos. Y común también a las nuevas generaciones que ingresan al mundo laboral en Europa Occidental con menor acceso a trabajos estables o carreras profesionales que aseguren ciertos estándares de vida. Tiene mucho en común con lo que han llamado ‘el precariado’, grupos sociales que no pueden asegurarle a la generación siguiente una seguridad mínima en términos de ingresos, vivienda ni calidad de vida.