Si bien, normalmente se asocia a la década de 1970 con el desarrollo de géneros como el Hard Rock, Rock Progresivo, Punk, o por el lado afronorteamericano el Funk y posteriormente el Disco, a medida que avanzaba la década, en New York, específicamente en el Bronx -uno de los barrios con mayor cantidad de población afroamericana y de ascendencia latina de la ciudad-, comenzó a desarrollarse un movimiento subterráneo, que posteriormente se transformaría no solamente en una revolución artística y tecnológica, si no que también, en uno de los géneros más influyentes y globalmente exitosos de los últimos 40 años: el Hip-Hop.

UN ORIGEN UNDERGROUND

 

Los inicios del Hip Hop se remontan a comienzos de la década de 1970 en el Bronx, cuando un DJ de origen Jamaicano llamado Kool Herc, comenzó a extender secciones percusivas de temas famosos del funk, mediante el uso simultáneo de 2 tornamesas y un mezclador, dando origen a los “drum breaks”, mientras al mismo tiempo, realizaba las labores de “maestro de ceremonias” (MC en inglés), animando a su audiencia con oraciones declamadas rítmicamente sobre la música, lo que pronto fue denominado “rap”. El origen de esta idea se remonta a la cultura de los sound system y el estilo “dub” de Jamaica, donde los DJ comúnmente alteraban las grabaciones originales del reggae, mediante el uso de efectos, para luego comenzar a hacer intervenciones vocales rítmicas sobre esta, lo que fue denominado “toast” en Jamaica, un directo antecedente del rap neoyorquino. Sin ir más lejos, la influencia de la cultura del sound system y las fiestas callejeras fue capital en el desarrollo del Hip Hop durante los 70, cuando, influenciados por Kool Herc, una nueva camada de DJs, MCs y B-Boys -nombre que se le dió a cultures del breakdance, el baile asociado la nueva música-, comienzan a darse a conocer y perfeccionar las técnicas originales. Hacia mediados de la década, figuras como Grandmaster Flash, comienzan a dominar aún mejor el manejo de las tornamesas, creando todo tipo de bases musicales sobre las que se expresarían los MCs acompañantes. Es así como hacia fines de la década, aparecen las primeras agrupaciones importantes del estilo como The Cold Crush Brothers, quienes resultaban ser una mezcla entre al antiguo concepto de grupo vocal y el nuevo rap, y Grandmaster Flash & The Furious Five, uno de los más importantes grupos de la primera era del Hip Hop. 

 

LA EXPLOSIÓN 

 

A pesar de la popularidad lograda en ciertos barrios neoyorkinos por la cultura asociada al hip hop, que, además de los dj, mcs y bailarines sumaba también a los artistas de graffiti, lo cierto es que hasta fines de los 70, la música aun permanencia en el underground debido a que no existían grabaciones, lo que cambió con la edición en 1979 de “Rappers Delight”, de “Sugarhill Gang”, una producción asociada al nuevo sello “Sugar Hill Records”, fundado por Sylvia Robinson. “Rapper’s Delight” toma como base el inicio instrumental del mega éxito “Good Times” de la banda Chic, para luego presentar a distintos MCs rapeando sobre ella, y se transformó en el primer éxito comercial del estilo, aún cuando algunas de las rimas más importantes del tema fueron robadas a uno de los MCs de Cold Crush Brothers!. 

El éxito de Rapper ‘s Delight dió pie al inicio de una pequeña industria en torno al Hip Hop, que hasta entonces era entendido como una novedad dirigida totalmente a las fiestas, con letras acorde. A comienzos de los 80, al igual que en el caso de la música electrónica, la irrupción de las máquinas de ritmos de bajo costo, como la mítica Roland 808 fueron claves para el sonido que tomaría el género en los años siguientes, donde comenzaron a darse los primeros pasos importantes hacia una maduración musical, de la mano de artistas como Afrika Bambaataa & The Soulsonic Force, quien no dudó en samplear temas de pioneros de la electrónica como Kraftwerk y los japoneses Yellow Magic Orchestra. para así dar origen a temas tan trascendentes como “Planet Rock”,  Kurtis Blow, la primera figura solista del hip hop, quien consiguió conquistar al público con letras livianas y una propuesta más cercana al pop, y de manera importante, Grandmaster Flash & The Furious Five, quienes en 1982 editaron “The Message”, donde el legendario MC Melle Mel habla sobre la vida y el stress diario en los barrios pobres, transformándose en la primera canción de rap que trataba temas de crítica social, alejándose de las letras de fiestas típicas del género en sus primeros años. Hoy en día “The Message” es considerada una de las canciones más importantes de la historia del Hip-Hop y un paso trascendental en la evolución del estilo. 

 

LA MADURACIÓN DEL GÉNERO

 

Paralelamente, a comienzos de los 80, múltiples DJs del Hip-Hop comenzaron a actuar en clubes de la escena Punk de Manhattan, lo que derivó en que figuras de la New Wave como Debbie Harry de Blondie introdujeran el rap a nuevas audiencias mayormente blancas, gracias a temas como “Rapture”. Sin embargo, no fue hasta mediados de la década de los 80, cuando el hip hop comenzó a ganar audiencias masivas, gracias a una nueva generación de MCs y DJs de distintos barrios de New York, comandados por el dúo Run DMC, manejados por el empresario Russell Simmons, quien decidió llevar el sonido de a la banda a lo más básico, baterías programadas y tornamesas, enfatizando la relación entre los MCs y el DJ, y de paso  dejando de lado todos los elementos musicales que pudieran asociarse a la música pop negra de la época. El talento, música y presencia escénica de Run DMC los transformaron en las primeras figuras del hip hop capaces de llenar conciertos multitudinarios, y fueron figuras clave en el éxito del sello Def Jam, creado por Simmons y el productor blanco Rick Rubin, logrando el primer gran éxito comercial del hip hop que logró cruzar la barrera racial, con el cover del clásico de Aerosmith “Walk This Way”, en 1986. El rol de Rick Rubin en la historia del Hip Hop es muy importante, ya que en su trabajo como productor musical para Def Jam, fue quien ayudó a iniciar la carrera de íconos como L.L Cool J, y Beastie Boys -la primera gran banda blanca de Hip-Hop-, quienes dejaron atrás un pasado punk y lograron gran éxito con su disco debut “Licensed To Ill”, editado en 1986, y que sorprendía con bases cargadas de rock y letras humorísticas. Además, Rubin trabajó más tarde con Public Enemy, quienes tomaron el legado de crítica social iniciado en “The Message” y lo llevaron más allá, con letras cargadas de comentarios políticos relevantes, que pusieron a MCs como Chuck D a la cabeza del movimiento de “hip hop consciente” a fines de los 80. 

 

Pero, a partir de mediados de la década de 1930, esa palabra comenzó a definir además el “nuevo” estilo de jazz, así como también, tomando algo de su significado original, se transformó en parte de la jerga comercial y coloquial de millones de estadounidenses que cayeron bajo el embrujo de esta música (y de toda la publicidad que la rodeaba).

 El estilo swing se toca en grupos grandes o Big Bands. Si hasta mediados de los 20’, el jazz se tocaba en pequeños grupos o “combos”, a medida que las grandes orquestas de New York comenzaron a incluir más y más jazz en sus programas, éstas evolucionaron a lo que hoy en día conocemos como Big Bands, orquestas que tenían una “sección rítmica” típicamente jazzística (donde al piano y la batería se les sumaba un contrabajo reemplazando a la tradicional tuba y una guitarra reemplazando al banjo), una sección de “cañas” (4 o 5 saxofonistas, quienes además podían doblar en clarinete y flauta) y una sección de bronces (usualmente 4 trompetas y 4 trombones).

El crecimiento de las agrupaciones jazzísticas conllevó un cambio importantísimo en la música, ya que la improvisación colectiva, que hasta entonces era sinónimo de jazz, tuvo que ser dejada de lado (una cosa es tener 3 vientos improvisando colectivamente, ¡otra cosa es con 13!) para dar paso a arreglos escritos específicamente para el formato. La improvisación, entonces, recaería en los “solistas únicos”, quienes cada día sofisticaban sus interpretaciones con solos más interesantes.

Como dijimos antes, la improvisación es lo que define al jazz, por lo tanto, el estilo swing presentaba un desafío trascendental: ¿Cómo equilibrar la improvisación, necesaria para que el jazz existiera, con los arreglos y composiciones escritas, necesarios para el funcionamiento de las Big Bands.Eventualmente, el mal manejo de este equilibrio fue el que terminó llevando al swing a su decadencia artística como veremos en nuestro próximo capítulo. Mas, antes de eso, vinieron años de crecimiento y ventas únicas para la industria musical, que había encontrado en el swing a su nuevo producto estrella.

En términos musicales, más allá del cambio del formato, la música swing trae consigo algunos otros cambios en relación al Jazz Tradicional (el término que ocuparemos para referirnos de aquí en adelante al jazz antes de los 30’). Ya hablamos sobre los arreglos escritos y el fin de la improvisación colectiva, pero a eso le podemos sumar algunos otros cambios, particularmente a nivel de sección rítmica:

  • El contrabajo, instrumento que en los años 20 había entrado en el jazz y que, aunque antes tenía una función bastante básica derivada de lo que hacía la tuba en las bandas militares, evolucionó hacia líneas melódicas mucho más sofisticadas, en lo que se llamó bajo caminante o walking bass. En el walking bass, el contrabajista marca todos los tiempos del compás con notas derivadas de los acordes de la canción, lo que logra que la música avance con un flujo constante. En otras palabras, que camine. Hasta el día de hoy, el walking bass es uno de los elementos más reconocibles e importantes del jazz, y si bien tuvo su origen en los años 30, seguirá siendo utilizado en los estilos siguientes de lo que llamaremos “jazz moderno”.
  • La batería, un instrumento que surgió junto al jazz, sufre las primeras modificaciones en su interpretación durante los años 30. Si bien todavía el ritmo se seguía marcando de manera fuerte y clara en el tambor y el bombo, el baterista ahora comenzaría alejarse un poco de las acentuaciones más típicamente “militares”, lo que acerca el ritmo del swing a algo más “afro” y menos marcial. Además de eso, cerca de mediados de la década, un genio  apodado “Papa” Joe Jones, baterista de la orquesta de Count Basie, revolucionaria el instrumento al comenzar a ocupar 2 platillos pequeños que podían ser abiertos y cerrados mediante un pedal: el hi-hat . Jones fue un verdadero maestro del hi-hat, manipulándolo con las manos y pies para encontrar nuevos sonidos, y también fue el primer baterista importante en utilizarlo como superficie para marcar el tiempo, algo que hasta entonces se hacía mayormente en el tambor. Con esto, Jones consiguió que el sonido se “alivianara” y llenara más espacio, consiguiendo un efecto más legato (ligado).Al ver a Jones, todos los bateristas famosos de la era del swing comenzaron a utilizar este instrumento, que es parte de la configuración obligatoria de todo baterista hasta el dia de hoy. 

LAS GRANDES ORQUESTAS

Aunque las agrupaciones pequeñas no desaparecieron por completo, toda la industria y publicidad ligada al swing se centró en las grandes orquestas o big bands, siendo sus líderes figuras mediáticas que, en general, acaparaban mucha más atención que el resto de los solistas de sus agrupaciones. Dentro de las orquestas más importantes de la era del swing, debemos mencionar las de: 

 

  1. Duke Ellington: Edward Kennedy Ellington nació en el seno de una familia negra de clase media en 1899, siendo educado como pianista desde su infancia. Durante los años 20, Ellington decidió dejar su Washington natal para trasladarse a New York, en busca de los grandes pianistas de jazz de la ciudad, así como también de las grandes orquestas. A partir de la 2da mitad de la década de los 20’, Duke Ellington comenzó a dirigir y escribir arreglos y composiciones para su propia orquesta, logrando sus primeros éxitos hacia el fin de esa década… Cuando llegó el “boom” comercial del swing, alrededor de 1935, la orquesta de Duke Ellington ya contaba con casi una década de existencia, y en los últimos años había logrado definir casi por sí sola el sonido de lo que ahora llamaban swing. Si bien, la industria veía a este estilo como “la nueva música bailable”- una verdadera mina de oro en términos comerciales- la música de Ellington siempre se caracterizó por una sofisticación especial, tanto en sus melodías como en sus orquestaciones, donde Ellington no dudaba en experimentar con disonancias rara vez escuchadas en la música pop, sin dejar de lado un potente sentido del swing. Además de los arreglos, la orquesta de Ellington podía lucir múltiples solistas importantes como Johnny Hodges (saxo alto), Cootie Williams (trompeta), Harry Carney (saxo barítono) ó Jimmy Blanton (contrabajo), por lo que el complejo balance entre música escrita e improvisación no era problema en la orquesta de Duke. Si a eso agregamos el hecho de que Duke Ellington es considerado el compositor más importante de la historia del Jazz, siendo probablemente el músico que más ayudó a elevar el estatus de esta música, no es exagerado decir que, al igual que lo que pasa con Louis Armstrong, sin Duke Ellington, la historia de la música no sería la misma. 

 

  1. Benny Goodman: Hijo de inmigrantes Ruso-Judíos, Benny creció en la pobreza en la ciudad de Chicago, y, gracias a la ayuda de un vecino, encontró en el clarinete un escape a los problemas de la vida cotidiana. Ya de adolescente, a mediados de los años 20, Benny Goodman ganaba más dinero que sus padres tocando clarinete en distintas orquestas de baile, así como también en agrupaciones de jazz. Siendo una figura relativamente desconocida, hacía el año 34, Benny Goodman fue el “elegido” por la industria para encabezar la arremetida comercial del estilo swing (por supuesto que el líder y la orquesta elegida serían blancos). De la noche a la mañana, Goodman y su orquesta se convirtieron en los favoritos del público norteamericano, que disfrutaba de la elegancia y precisión con que los músicos tocaban los arreglos que Goodman encargaba a orquestadores afronorteamericanos, así como también del virtuosismo del clarinete de Benny y como del espectáculo de su baterista Gene Krupa. En la 2da mitad de los años 30, la orquesta de Benny Goodman estaba en la cima del mundo artístico: ganando mucho dinero, apareciendo en películas y realizando conciertos históricos, como el de 1938 en el Carnegie Hall, la primera vez que esta prestigiosa sala de conciertos, hasta entonces destinada al mundo “clásico”, admitía a una banda de jazz. Un punto interesante a resaltar es que temprano, Benny Goodman se dió cuenta que, aunque su orquesta le traía un éxito increíble, se sentía frustrado por tener que tocar los arreglos escritos que dejaban poco espacio para la improvisación, por lo que decidió añadir a sus shows un segmento de grupo pequeño, destinado casi totalmente a ésta. Es así como nació el Benny Goodman Trio, junto al pianista Teddy Wilson y su baterista Gene Krupa, a los que pronto se les unió el vibrafonista Lionel Hampton. Lo interesante de estas agrupaciones es que no solamente ayudaron a mantener la esencia del jazz en la vida de Goodman, sino que también mostraron al público el primer ejemplo famoso de banda integrada racialmente, ya que, tanto Wilson como Hampton, eran músicos afronorteamericanos, ¡algo que sin duda nos ayuda a entender el poder que tenía Benny Goodman en la época! (de haberse tratado de un líder menos conocido, esto no habría pasado, al menos no sin terribles consecuencias).

 

  1. Count Basie: Si en la orquesta de Duke Ellington encontramos mucha sofisticación e intelectualidad y en la de Benny Goodman un sonido preciso y comercial, la orquesta dirigida por William “Count” Basie pasó a la historia por entregar la variante más atrevida y excitante del swing. Luego de formar su orquesta en Kansas City (una de las cunas más importantes del blues), Basie y sus secuaces tomaron New York por asalto en 1937 con su sonido lleno de energía y blues. A diferencia de las orquestas de corte más bien “comercial”, la Count Basie Orchestra no solía tocar versiones orquestadas de clásicos pop, sino que presentaban sencillas composiciones y arreglos propios- en su mayoría derivados del blues- donde podían lucirse sin apuros sus grandes solistas como Lester Young (Saxo Tenor) o Harry “Sweets” Edison (Trompeta), además de la incomparable sección rítmica comandada por Basie al piano, con Walter Page en contrabajo, Freddy Green en guitarra y el incomparable Jo Jones en batería. La banda de Count Basie siempre fue considerada como una alternativa fresca al exceso de comercialidad del swing, manteniendo vivo el espíritu original del “hot jazz”, pero en formato Big Band. 

 

Fuera de las 3 orquestas principales que acabamos de mencionar, existieron otras orquestas importantes que, si bien fueron increíblemente populares en su época, en su mayoría se orientaron hacia el lado más comercial del estilo, donde la improvisación cedía terreno a la música escrita, al ascenso de los cantantes estrella y la presión de la industria musical por entregar un producto que cada vez generara más dinero. A fines de los años 30 y principios de los 40, orquestas lideradas por eximios instrumentistas como Artie Shaw ó Tommy Dorsey, adaptan su sonido a los requerimientos de la industria, mientras que otras, como la orquesta de Glenn Miller, arrasaban en popularidad con una versión del swing que era, por decirlo de alguna forma, cada día menos jazzística. Aunque en la orquesta de Shaw aún podíamos escuchar improvisación y riesgo, la orquesta de Tommy Dorsey y particularmente la de Miller llegaron casi a abandonar de lleno la improvisación en pos de una versión ligera y cada vez más comercial del estilo. 

En nuestro próximo capítulo hablaremos sobre cómo, tras el exceso de comercialidad del swing de comienzos de los años 40, músicos afronorteamericanos jóvenes dieron origen a una nueva forma de hacer jazz, que marcaríaun antes y un después en cómo el género sería percibido por el público: El Bebop.

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