Jacobo Villalobos nació en la convulsionada Caracas, en Venezuela, el año 1995. Como profesión eligió ser periodista, pero su gran pluma lo llevó a ser ganador por unanimidad del XIII Concurso de Monte Ávila Editores para Obras de Autores Inéditos (2015), en la mención narrativa, por el libro 26 humillados, publicado por esa casa editorial en el 2016; por unanimidad se llevó el premio Franco-venezolano para la Joven Vocación Literaria (2017) con el libro de relatos titulado Intrusos, publicado por la editorial Fundavag en 2017.

Gleisy Ríos

Jacobo, llevas algunos años fuera de tu país natal, ¿encontraremos de alguna forma reflejado el exilio en tu obra futura?

Sin dudas. Desde que migré, curiosamente, el Caribe ha estado mucho más presente en mis relatos, ya sea como un fondo sobre el que se desenvuelve una trama específicamente caribeña o ya sea como un personaje más. Mientras viví en Venezuela, los relatos que escribía se caracterizaban por no tener un lugar claro, por su ambigüedad o su no estar. En cambio, tras la migración, el escenario ha adquirido mucho valor para mí y para mi manera de entender las historias. El Caribe, que creo que di por sentado, ahora es una constante en mi quehacer. No he reflexionado mucho al respecto, pero si tuviera que decirlo con sencillez, creo que al tomar el entorno como algo ya dado es posible ignorarlo y dejar de verlo con asombro. Migrar, al menos para mí, causa una suerte de explicitación del entorno, un reclamo que este hace como algo que no nos está dado inmediatamente, sino que exige nuestra atención.

 

La pandemia nos tomó a todos por sorpresa, nos hizo reflexionar y cuestionar nuestros planes a futuro, ¿cómo ha sido tu proceso creativo en los últimos dos años?

R:
 Los escritores soñamos con cierto reconocimiento, pero de todos los reconocimientos posibles hay
algunos más dulces que otros. En lo personal, quería
formar parte de Granta porque cuando comencé a
escribir muchos de los escritores que admiraba formaron parte de la lista anterior. Esa razón corresponde a la del Martín del pasado, y me alegra haberla
cumplido una década después. La segunda razón es
actual: el cuento que presenté y por el que fui incluido en la selección final era un intento de mi parte
de hacer algo nuevo, y siempre es grato saber que el
cambio es bienvenido.
Por otro lado, he producido un par de textos distintos a lo que he venido haciendo. De la cuarentena quizá salga algún compilado de personajes encerrados, pero no solo físicamente.

¿El mundo se paralizó hasta hace unos meses, pero el arte nos acompañó siempre en casa, ¿cómo crees que el mundo ve las letras hoy?

R:Si hablamos desde la perspectiva de la lectura, quizá como un acompañamiento caprichoso: los libros están ahí, pero también podría estar cualquier otra cosa. No creo que la pandemia represente algún cambio para los que han sido lectores asiduos desde siempre. La lectura, aunque mucho menos que la escritura, es un acto individual, para el cual da más o menos igual si estás encerrado en un departamento o en un parque a cielo abierto.

¿Cómo relacionarías la literatura con las redes sociales?

R:Sobre cómo se desarrolla la literatura en las redes, creo que estas son un nuevo soporte que, como tal, potencialmente puede ofrecer nuevas maneras de expresión. Aunque por ahora creo que ha sido un espacio más prolífico para la mercantilización de la literatura, para la publicación y publicidad que para la exploración creativa. En sentido inverso (cómo las redes se desarrollan en la literatura), la dinámica de las redes sociales sí ofrece un insumo tremendo para la exploración de nuevos temas narrativos y opone límites distintos que son prolíficos para la confección de una trama interesante.

¿Algún consejo para escritores principiantes?

R:Lo que una vez dijo Carlos Noguera: “Todo buen escritor es primero un buen lector”. Yo agregaría que el que quiera escribir no debería acercarse a los libros con la única intención de sorprenderse o de maravillarse. Sí debe hacerlo, debe dejarse sorprender, pero también debe estudiar los mecanismos del texto y preguntarse qué es lo que le causa esa maravilla cuando lee. 

¿Cuál es tu próximo proyecto?

R: Estoy trabajando en una antología de cuentos breves y en una noveleta. Ambos proyectos intentan articular la visión del extrañamiento infantil con las leyendas folclóricas del Caribe. Pero he estado escribiendo muy lentamente