Una alternativa al popular sonido de Detroit fue el sonido de Memphis, representado por el sello independiente Stax. Creado por una pareja de hermanos blancos quienes consiguieron un éxito comercial importante, Stax contaba con un sonido que se alejaba del lujo y sofisticación pop de Motown, presentando una versión más cruda y directa del soul, que se valía principalmente en un comienzo de su propia banda de estudio, comandada por el tecladista Booker T Jones y el baterista Al Jackson Jr, además de  2 jóvenes músicos blancos, el bajista Donald “Duck” Dunn y el guitarrista Steve Cropper. A diferencia de Motown, la base rítmica era simplemente acompañada por algunos instrumentos de viento, y al menos en las primeras etapas, los arreglos jamás eran escritos. Desde mediados de la década de los 60, el éxito de Stax fue cada vez mayor, de la mano de figuras como Otis Redding, Wilson Pickett, Sam & Dave o Isaac Hayes, y, al igual que en el caso de Motown, su sonido fue increíblemente influyente el desarrollo del rock tanto en EE.UU como en Inglaterra. 

La segunda mitad de los años 60 trajo consigo el desarrollo de la carrera de una de las artistas más importantes para la música popular del siglo XX, Aretha Franklin, quien, luego de una infancia cantando música Gospel, comienza a hacer una transición al Pop durante la primera mitad de la década, que lamentablemente no tiene el éxito esperado. Sin embargo, luego de firmar con Atlantic Records en 1966, y recargar su música con la influencia gospel, la carrera de Aretha- quien, además de cantar, grababa los pianos en los discos de esta época- explotó a nivel comercial y la transformó en la “reina del Soul”, y referente obligado para todas las cantantes tanto de su época como posteriores.

Un aspecto interesante relacionado con el Soul tiene que ver con su asociación con los movimientos socio políticos de la época, particularmente con el proceso de establecimiento de  los derechos civiles del pueblo afro-norteamericano.

 Si bien es común decir que la música Soul acompañó la lucha por los derechos civiles, al tratarse de música comercial, normalmente y en una primera época, las letras no trataban temas de este tipo, prefiriendo el contenido romántico y la trivialidad típicamente asociada a la música Pop, por lo que temas tan emblemáticos como el clásico de Sam Cooke “A Change Is Gonna Come” o las creaciones del compositor, guitarrista y cantante Curtis Mayfield, eran vistas como excepciones durante la primera mitad de la década de los 60. No obstante, el ritmo, carácter positivo e influjo gospel de la música igualmente fue considerado como una inspiración por parte de los activistas más importantes de la época. Ya hacia fines de los años 60, con los derechos básicos aprobados, y estando insertos en una época caracterizada por la contracultura, cada vez más artistas afro norteamericanos comenzaron a incluir temas sociales en sus letras, así como también se abrieron sónicamente a la influencia del Rock y la psicodelia, lo que tendrá un impacto importante en el desarrollo de la música negra durante los años 70.

Otro ejemplo de sonido regional asociado al Soul se desarrolla en la primera mitad de los años 70 en la ciudad de Philadelphia, en lo que normalmente se conoce como “Philadelphia Soul” ó “Philly Soul”. En este caso, el sonido se caracteriza por las lujosas orquestaciones que se superponen a bases rítmicas que mezclan el Soul más tradicional, sofisticadas armonías e innovaciones rítmicas y sonoras relacionadas con el Funk, todo esto en el contexto de canciones con temáticas mayormente románticas y donde destacan particularmente las agrupaciones vocales como The Delfonics o The Stylistics, ambas caracterizadas por solistas masculinos que ocupan el falsete como sonido más destacado. Al mismo tiempo, el Philadelphia Soul es considerado un género muy asociado a productores como Kenny Gambler y Leon Huff, íconos del Pop negro que se cuentan entre las influencias de estilos posteriores como la música Disco. 

Desde su influencia capital para el desarrollo del Rock, al establecimiento de las carreras de muchos de los importantes exponentes de la música afro norteamericana, el Soul se cuenta entre los géneros más trascendentes de la música popular moderna, gracias a su presencia que aún perdura en el ADN del Pop contemporáneo, ya sea en casos explícitos como el cantantes como Amy Winehouse, quien logró el éxito al alero de una réplica del sonido Motown ó Joss Stone, quien hizo lo mismo con un sonido más cercano al de Stax, o también en casos menos literales, que muestran el desarrollo de la canción negra a lo largo de las décadas. En nuestro próximo capítulo, abordaremos el caso de un ícono del Soul, que, en la década de los 60, logró transformarse en uno de los máximos ídolos de la música afro norteamericana gracias a su estilo, que cada vez ponía un mayor énfasis en el ritmo, y que eventualmente terminó por dar inicio a un nuevo género musical: el Funk.

 

Felipe Opazo