¿Quieres escribir bien? Pues uno de los caminos para lograrlo es conocer las normas ortográficas y gramaticales, es por eso que en esta ocasión te hablaremos del leísmo y sus variantes.

La, le y lo

“La”, “le” y “lo”, además de sus versiones plurales “las”, “les” y “los”, son pronombres átonos que se utilizan en el español para sustituir un sustantivo que ya se ha dicho. Cuando eliges el pronombre inadecuado, se presenta laísmo, leísmo y loísmo. ¿A qué nos referimos con esto? Imagina que extrañas a alguien, ¿debes decir lo extrañas o le extrañas? ¿No sabes cuál es la respuesta correcta? ¡Entonces sigue leyendo!

¿Cómo saber cuál elegir?

Las normas ortográficas señalan que lo más importante es determinar si la oración cumple funciones de complemento directo o indirecto.

Estamos frente a un complemento directo cuando el verbo de la oración afecta al enunciado o palabra de forma directa, mientras que se habla de complemento indirecto cuando se refiere al ser que se convierte en receptor de la acción; por lo general, el complemente indirecto es introducido por las preposiciones “a” y “para”.

De seguro, en más de una ocasión has podido identificarlos y tener consciencia de ellos sin saber de qué se trataba; es más, incluso puede que los hayas utilizado en tus escritos sin darte cuenta.

 

Algunos de los tópicos más conocidos son:

1. Beatus Ille (feliz aquel)

Se refiere a las personas que optan por una vida alejada de los placeres mundanos para poder encontrarse con ellas mismas. Es decir, alude a aquellos que han preferido el camino espiritual por sobre el terrenal.

Ejemplo:

Qué descansada vida

la del que huye del mundanal ruido

y sigue la escondida senda por donde han ido

los pocos sabios que en el mundo han sido.

(La escondida senda, Fray Luis de León)

2. Ciervo herido

Se entiende en el contexto de un ciervo que acude a beber agua. Esta situación corresponde a una alegoría religiosa en la que el ciervo suele identificarse con la imagen de Cristo o con aquel incansable buscador de una “fuente” espiritual.

Ejemplo:

Si ves el ciervo herido

que baja por el monte acelerado

buscando dolorido

alivio al mal en un arroyo helado

y sediento al cristal se precipita

no en el alivio, en el dolor me imita.

(Sentimientos de ausente, Sor Juana Inés de la Cruz)

3. Amor post mortem (Amor más allá de la muerte)

Este tópico es muy sencillo, alude al amor eterno, a la posteridad, a la infinita existencia del alma y a la preservación del amor después de la muerte.

Ejemplo:

Cerrar podrá mis ojos la postrera

sombra que me llevare el blanco día,

y podrá desatar esta alma mía

hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,

dejará la memoria, en donde ardía:

nadar sabe mi llama el agua fría,

y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,

venas que humor a tanto fuego han dado,

médulas que han gloriosamente ardido:

su cuerpo dejará no su cuidado;

serán ceniza, mas tendrá sentido;

polvo serán, mas polvo enamorado.

(Amor constante, más allá de la muerte, Francisco de Quevedo)

4. Carpe diem (disfruta del momento)

Hay que disfrutar de la juventud y de los placeres que nos ofrece, porque el paso del tiempo nos conduce rápida e inevitablemente a la vejez y la muerte. Cada día debe vivirse como si se tratara del último.

Ejemplo:

En tanto que de rosa y azucena

se muestra la color en vuestro gesto,

y que vuestro mirar ardiente, honesto,

enciende el corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena

del oro se escogió, con vuelo presto,

por el hermoso cuello blanco, enhiesto,

el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera

el dulce fruto, antes que el tiempo airado

cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,

todo lo mudará la edad ligera,

por no hacer mudanza en su costumbre.

(Soneto XIII, Garcilaso de la Vega)

5. Collige, virgo, rosas (coge, muchacha, las rosas)

Se relaciona con el tópico anterior. Es una invitación a las jóvenes doncellas a disfrutar de ese momento, simbolizado por la rosa. Pronto la rosa se marchitará y llegará la cruel vejez.

Ejemplo:

Estás ya con quien quieres. Ríete y goza. Ama. Y enciéndete en la noche que ahora empieza, y entre tantos amigos (y conmigo) abre los grandes ojos a la vida con la avidez preciosa de tus años. La noche, larga, ha de acabar al alba, y vendrán escuadrones de espías con la luz, se borrarán los astros, y también el recuerdo, y la alegría acabará en su nada.

(El otoño de las rosas, Francisco Briones)

 

¿Habías oído hablar de alguno? En un próximo artículo te explicaré cada uno de ellos. Pero ojo, debes tener cuidado con el abuso de estos, sobre todo en el ámbito de la poesía. La lírica es el género literario que más hace uso de los tópicos, por ello, al escribir tus manuscritos no debes incluir todos los tópicos al mismo tiempo ni abusar de ellos, piensa que muchos han sido los autores que los han utilizado y por ello se denominan lugares comunes. Si quieres que tu obra sea original, intenta evadirlos y crear los tuyos propios para no caer en la repetición.

 

 

 

 

Este artículo es de Aguja Literaria